Como asesinar a Felipes
Como asesinar a Felipes
Potoco Discos 2008.
Una incansable y reiterativa llamada a la violencia (reiterativamente agobiante, a veces) es con lo que uno se encuentra en este, el primer disco de esta extraña banda con un nombre más extraño aún: Como Asesinar a Felipes.
Sin embargo, esta violencia de la cual está empapado el disco no es más que un llamado a liberarse de lo establecido, a crear nuevos caminos y nuevas formas, aunque mientras toques el público se llene de muecas de extrañeza. Es el deseo de violencia del títere contra el titiritero… una revolución que irrumpe en la escena como un juego arrogantemente convincente.
Hay influencias claras, como la de los The Roots y quizás algo de Erik Truffaz, sin embargo, saben establecer un sello propio con inteligencia. Me parece que el hecho de quitarse las etiquetas en el mundo de la música es un acto muy difícil y CAF lo consigue, jugando su propio juego. En lo personal disfruto cuando el rap no usa palabrotas ni blimblineo y cuando el jazz deja a un lado la soberbia y la altanería para darle paso a lo importante: la música.
El disco es un ir y venir de emociones. Cuando ya te haces amigo de esas dulces melodías jazzeras irrumpe el scratch y el fraseo del MC viene, a empujones, a ponerte los pies en la tierra. El (alegato) llamado de las rimas es a sentir la violencia del asfalto contra tus zapatos cuando caminas, es a sentir el aire quemándote las fosas nasales en el momento de una profunda inhalación. Drogarse con cada pequeño acto de vida. Reventarse los oídos escuchando al grupo, si es preciso. Líneas de bajo que sustentan las armonías como pasos apresurados de gigante. Scratches elegantes y precisos que cargan de dinamismo el sonido. Bateria y rhodes sonando con una complicidad que hace rato no escuchaba… eso es Como Asesinar a Felipes.
Cuando escuché por primera vez el Ascension de John Coltrane mis ganas de empaparme de jazz se fueron al suelo y no pude evitar las náuseas, sin embargo, uno con el tiempo se da cuenta de que se necesita de extrema madurez para estar al lado de los hombres de vanguardia. Eso es lo que puede pasar con CAF en la primera cita, sin embargo al poco andar uno se da cuenta de que el producto comercial ha sido dejado de lado en pos de entregar algo novedoso y de calidad; lo de CAF esta muy por el lado de las segundas oportunidades, me parece. Aunque es difícil hablar de vanguardia en un país como Chile, donde muchas de las cosas llegan ya masticadas, los Felipes son uno de esos extraños casos. Como el de Vicente Huidobro en la poesía o Roberto Bolaño en la literatura, guardando las proporciones, claro está.
Como sea, tengo un buen disco en mis manos y trato de compartirlo, pero además trato de explicar que esto puede traer consecuencias a la larga… estos tipos no dan cabida a la indiferencia.
Y el sentimiento inmediato luego de salir de su concierto es: Qué va a pasar cuando alguien se meta en la producción de los temas, cuando venga la madurez necesaria luego de darse a conocer a gritos? No sé uds pero yo quiero estar presente.
Aires nuevos que llegan a mis oídos justo a tiempo, porque la verdad es que ya hace rato perdí el control y estaba a punto de perder la paciencia (para ponerlo en palabras de los Felipes)… termino la nota y termino de escuchar el disco. Veo hacia la repisa y afloran las ganas de darle una oportunidad más al disco de Coltrane, o quizás al New Amerykah de Mss Badu, siempre hay que estar atentos al siguiente paso.
[>] Ya perdimos la paciencia – Como Asesinar a Felipes.
Esta vez voy a anteponer la máxima: “support your local band”, por lo que no pondré a disposición de los lectores el disco para el tan ansiado download, si quieren escuchar la música de CAF asómense a su myspace… o escuchen algo acá.